CAPTAIN BLUE SE VISTIÓ DE NÜMETAL JUNTO A INALE

El frío no apagó el poder del rock. Cuatro bandas del under cordobés explotaron Captain Blue (Tillard 115) el pasado viernes 8 de mayo con puro nümetal y fuerte grunge. Muchas influencias, desde Carajo, Korn y hasta Nirvana estuvieron presentes entre las bandas que se presentaron: APATIA, IRA, VERDAD SIN SOMBRAS y la banda principal, INALE.


Antes de poder escuchar INALE se presentaron las 3 bandas invitadas, comenzando con mucho nümetal: VERDAD SIN SOMBRA, quienes supieron darle lugar a la potencia de su baterista; e IRA, que aprovecharon para presentar un tema nuevo llamado “ Demencia”. También como invitados estuvieron los chicos de APATIA, banda que presentó su último disco "Siete Partes" y fue el ingrediente adicional de la noche, ya que su estilo era totalmente grunge. Con una influencia muy marcada de Kurt Cobain en el vocalista, supo cómo cerrar su presentación de una manera sorprendente e inesperada: haciendo pedazos su guitarra eléctrica.

INALE, banda principal de la noche, ya daba de qué hablar siquiera antes de haber empezado a tocar: con el escenario completamente modificado, aparte de las banderas de las bandas, los chicos se jugaron con todo, incluyeron varios set de luces propias, las que, en el momento del show, realmente se destacaron.
Comenzaron a tocar y a pesar de las pocas personas que concurrieron (tan sólo 150) pudieron aprovechar el espacio vacío para que, junto a su propia gente, el mosh (pogo pero más violento) se haya expresado.

La fuerza de la batería consigue desarrollarse en varios temas, la increíble actitud escénica de cada uno de los integrantes y la energía del vocalista, fueron las causas de que INALE consiga adueñarse del escenario. Con varios invitados que subieron para tocar algunos temas (como el vocalista de Idolos Muertos) INALE tocó canciones como “Preso En Mi Mente” y “Piedad”, también presentaron dos temas nuevos: “Enfermos y Ancianos” y “Libertad”, el cual tuvieron que repetir a causa del fuerte pedido del público.


CRONICA: Natalia Bertoli
FOTOS: Lilen Orozco